Robert Drysdale es el entrenador en el centro de la controversia tras UFC on ESPN 11. La razón de la polémica es haber ignorado las peticiones de su peleador Max Rohskopf para detener su pelea antes del tercer round.
Max estaba enfrentando a Austin Hubbard en una pelea que tomó con menos de dos semanas de aviso. Las cosas no habían marchado en su favor durante los primeros diez minutos de la pelea. Por eso, Rohskopf le pidió a su entrenador que pusiera fin al combate.
Sin embargo Drysdale ignoró la petición de Max y trató de motivarlo para que continuara. Esto no es algo nuevo, lo hemos visto incluso en peleas de campeonato, como cuando Raquel Pennington ya no quería seguir en la contienda con Amanda Nunes. Días después ‘Rocky’ dijo estar agradecida con su equipo por no dejarla rendirse.
El entrenador Robert Drysdale habló sobre lo sucedido con su pupilo Max Rohskopf y asegura no arrepentirse de nada.
“Sostengo lo que hice. Yo espero excelencia de la gente a la que entreno, porque los amo. Él no estaba seriamente lastimado y yo sentí que necesitaba un empujón mental. Eso es lo que yo esperaría de mi entrenador. Él estará de regreso, Max es un campeón.”
Se le preguntó si había vivido algo similar con Max en alguna otra pelea. Pensando que tal vez esto no fuera algo nuevo para ellos. Sin embargo el entrenador admitió que fue la primera vez que sucedía algo así.
“No, por eso lo estaba empujando. Ese es el trabajo de un entrenador, empujar a sus peleadores física, técnica y mentalmente. Yo hice mi trabajo y no tengo lamentos porque creo que Max tiene potencial para ser uno de los grandes.”
Aunque Rohskopf no ha hablado sobre el tema, quien sí habló fue su representante, Brian Butler.
“Max sufrió de fatiga debido al corte de peso para la pelea en corto aviso, combinado con una lesión pre existente en el dedo de su pie. La combinación del problema en el dedo con la fatiga le impidieron continuar.”
Cabe señalar que la dispareja pelea iba 20-17 en las tarjetas de los tres jueces, al término de dos rounds.
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